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Por qué no se toman buenas decisiones en la política

noviembre 24, 2010 Deja un comentario

El comentario de Pérez-Reverte es una crítica muy fuerte a los políticos españoles, enfocado a las decisiones en el ámbito educacional que han tomado estos agentes, que se encuentran muy por debajo de lo que el ciudadano común espera de ellos. Esto no es algo nuevo. Desde siempre se han criticado las decisiones tomadas por los políticos en los más variados aspectos, en Chile por ejemplo con el caos causado por el Transantiago, o en Canadá por fallas en el sistema económico. La pregunta clave es por qué los políticos muchas veces no ponen en funcionamiento políticas efectivas, y toman decisiones que, ellos debieran saber, no tendrán consecuencias positivas para la sociedad, sino que por el contrario, muchas tendrán resultados nefastos.

Claramente la respuesta a la pregunta recién presentada no es que los políticos sean irracionales. Muy por el contrario, los políticos actúan de acuerdo a una estrategia personal: ellos hacen o deciden en base a lo que tiene mayor conveniencia para lograr sus objetivos. La política es un sistema estratégico, en el que agentes racionales toman decisiones coherentes, de manera que puedan seguir participando en el sistema y que puedan aumentar su nivel de influencia. De ninguna manera los políticos son irracionales. Más aun, los políticos son elegidos democráticamente por el pueblo. Ellos no serian elegidos si no fuesen personas racionales, que cumplen o, más bien, están de acuerdo con los ideales de los ciudadanos.

La respuesta a la pregunta de porque se toman malas decisiones en la política tampoco es que los políticos sean obligadamente corruptos, mal intencionados e ineptos. Es verdad que hay políticos que poseen todas estas características negativas, pero no quiere decir que vayan con el título de agente político. Por otro lado, los ciudadanos tampoco son ingenuos, como para no saber que es difícil acordar ciertas políticas y que se ceder para ganar, como en cualquier sistema estratégico. Además, es posible que se cree la situación de que lo que sea más conveniente para un actor no sea conveniente para el resto de la sociedad. Que un actor político tome decisiones que le convienen no quiere decir que sea mal intencionado.

La explicación de por qué entonces falla tanto la política entonces es que, primero, es muy difícil ponerse de acuerdo entre iguales. Existen problemas de asimetría de información, y más importante aún, problemas de acción colectiva. Todos los agentes deben acordar una sola medida, a pesar de que hay muchas opiniones distintas respecto al asunto. Más aún, la respuesta tiene que ver con las instituciones políticas de cada país. Si las instituciones son inútiles o están mal diseñadas, por muy excelentes que sean los políticos no se podrá llegar a decisiones correctas. Así como cambia el resultado de las elecciones dependiendo de si se vota por mayoría simple o binominal, si las reglas del juego son malas, las buenas políticas publican serán más difíciles de llevar a cabo, independientemente de quien o porque las proponga. En resumen, tener bien y correctamente definidas las reglas del juego, es decir las instituciones políticas, es vital para implementar políticas públicas eficientes, y es el primer paso para aumentar el desarrollo de un país. La manera en que actúan los políticos no puede alterar la realidad mientras las instituciones no cambien, y por lo tanto en este momento son prácticamente irrelevantes.

Links

http://www.themarknews.com/articles/3261-the-economic-action-plan-a-stunning-failure                               http://www.redmaule.com/talquinos-protestan-en-silencio-por-lenta-reconstruccion

Crisis de Transición

octubre 20, 2010 Deja un comentario

Vivir en un mundo globalizado implica tres conceptos
fundamentales: la tecnología, la multiculturalizacion y el derecho
internacional. Estos tres elementos tienen muchas consecuencias positivas, como
la manipulación de grandes cantidades de información, la protección de derechos
en territorios más amplios, pero también traen muchas consecuencias problemáticas,
como el choque de culturas y la pérdida de la idea de comunidad como vinculo
social. La generación que está actualmente en el poder ha tenido que vivir y
trabajar en un periodo de transición, lo que hace que los problemas económicos,
políticos y sociales asociados a la globalización sean más difíciles de
solucionar. Las consecuencias del asentamiento de la democracia como vía política
se están empezando a dejar ver, y los agentes que controlan el poder del estado
están quedándose sin estrategias políticas para utilizar.

El proceso de globalización nos tiene, por lo menos a
occidente, en una crisis profunda, como claramente expresa el artículo de Touraine,
en el ámbito económico, social y político, en directa relación con la soberanía
del Estado-Nación. El hecho de que la crisis sea mucho más palpable en Europa
Occidental es prueba de esto último, ya que en la Unión Europea sea ha perdido
mucho la soberanía estatal, a través del euro, la inmigración y el derecho
europeo, contrastado con Latinoamérica, que se ha presentado bastante estable
estos últimos años.  Y de hecho, Latinoamérica
es extremadamente diversa en cultura y economía, pero al mismo tiempo la
actividad política de las naciones es sobretodo independiente, lo que lleva a
concluir que además de la falta de poder estatal como causa de la crisis se
encuentra la idea de transición, que están ocurriendo muchos cambios muy
rápidos difíciles de solucionar.

La crisis es, a pesar del ámbito cultural o económico,
primordialmente política. Hay una falta de acción y de estrategia política por
parte de los agentes que están en el poder. Esto ocurre según el autor del
texto por una concurrencia de falta de acción política de los estados, pero
personalmente creo que hay un problema detrás de la falta de acción, que es la
transición generacional durante la globalización. Estamos en un proceso de
cambio global que está siendo enfrentado por una generación que nació fuera de
él y lo que está haciendo es tratar de poner en pausa el proceso sin pensar en
un fin específico para las medidas. En el fondo, lo que hace falta es
preguntarse si queremos o no queremos un mundo globalizado (aunque se debe
reconocer que suena muy poco viable detener la globalización) y hacer algo de
acuerdo a esa premisa. La globalización puede ser algo que no queramos, ya que
tiene muchas consecuencias sobre la que es difícil formar una opinión al
respecto como la mezcla de culturas y la consiguiente pérdida de identidad
cultural, lo que lleva a problemas de acción colectiva por la falta vínculo. Se
necesita decidir ahora si estos problemas junto con muchos otros no superan los
beneficios que trae la globalización.

Link: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=106700

La politica no la hacen todos

agosto 27, 2010 Deja un comentario

Los jueces,  por el contrario a los políticos, que trabajan con el derecho creando normas cuyas consecuencias futuras serán futuras, al momento de aplicar el derecho trabajan en relación al pasado, muchas veces utilizando normas de acuerdo a las decisiones políticas de épocas anteriores a la actual, ya sean de dos, diez, o cincuenta años atrás. Esto puede causar incoherencia entre leyes más antiguas y nuevas ideologías modernas.  Es la política la que debe encargarse de arreglar este problema a través de, entre otras vías, el congreso, derogando las leyes que ya no concuerdan con el pensamiento social.

Los jueces no tienen la capacidad para resolver conflictos sociales, ni de llevar temas del ámbito privado al ámbito público. El deber de los jueces es resolver todo caso que este dentro de su competencia, deber establecido en la Constitución Política de la Republica baja el principio de “inexcusabilidad” en el artículo 76. Cuando a un juez le toca resolver un caso difícil, el debe utilizar reglas de interpretación establecidas por otras normas, teniendo cierta discreción pero nunca fallando de acuerdo a lo que él cree que es correcto sino que de acuerdo a lo que él cree que los principios del derecho indican. Hay una diferencia.  Asimismo, el juez no resuelve asuntos públicos de acuerdo a sus ideales, ya que debe aplicar el derecho y por lo tanto aplicar las opiniones políticas del pasado. Es, de hecho, el deber de los jueces de obedecer la opinión política, que en el fondo es la opinión del pueblo. Esto ocurre a través de dos procesos de legitimación: uno material y otro funcional-orgánico.

 Aunque cuando existiera la posibilidad que los jueces  utilizaran su discriminación de manera subjetiva, sus decisiones son solo vinculantes para las partes del caso, al contrario de la política que toma decisiones vinculantes para todos. Por esto mismo, al imponer una visión particular sobe un tema que debería ser politizado, hace que la tensión social no se resuelva en absoluto. Por otro lado, el fallo de un juez lleva el tema a que sea discutido por la prensa y que ejerza así presión sobre los políticos para que tomen una decisión a pesar de las consecuencias.

Consecuentemente, a pesar de que, cuando los políticos no hacen su trabajo para evitar consecuencias que arruinen su reputación con ciertas personas o facciones dentro de la sociedad los temas que deben ser llevados al ámbito público no lo son, o son llevados a pocos casos particulares a través de fallos judiciales, esto no evita que finalmente sea politizado, sino que por el contrario causa que la necesidad de que pase del ámbito privado al ámbito público sea entendida por muchos y no solo los políticos.

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