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La Pereza Justificada

noviembre 29, 2010 Deja un comentario

A lo largo de la historia, todos hemos notado como los representantes políticos han comenzado a perder su poder (más que nada debido a la educación). En un comienzo, todo era dominado por los reyes, una sola persona que ocupaba todos los cargos públicos y que por tanto hacía su voluntad sin pasar por ninguna institución o regla adicional, su palabra era ley, y por tanto la ley era muy fácil de cambiar.

Sin embargo, con la llegada de la educación y las ideas revolucionarias Francesas, se llegó a un acuerdo mundial, y es que todos los seres humanos somos iguales. Evidentemente este enunciado, impide posesionar a una persona por sobre la otra, y una vez que nadie tiene el poder de la razón o divino, lo único que permite un acuerdo es una institucionalización correcta.

Para que este sistema funcione en el plazo, quien ocupe el poder lo tendrá de forma limitada.

Con los representantes políticos una vez escogidos, comienzan los problemas, deben entre ellos llegar a un acuerdo. Tal y como mencionado en clases, en las decisiones políticas que envuelven a una sola dimensiones son solucionables, ya que todos llegaran a un consenso el cual representa el ideal del votante medio. (Esto ocurre debido a que todos ceden un tanto en su opinión para ganar más votos, lo que lleva a este acuerdo)

Sin embargo el enfoque correspondiente a una sola dimensión no es realista, en nuestra vida cotidiana enfrentamos muchos problemas con múltiples aristas, y es de esperar que los encargados de las políticas públicas también.

Muchos individuos consideran que llegar a estos acuerdos es simple, que solo se necesita un poco de buena voluntad y renunciar a ciertos deseos. Pero esta hipótesis se encuentra con un problema de cara, los políticos no son menos hombres que nosotros, y quieren lo que es mejor para ellos SIEMPRE, son por naturaleza egoístas y si ven que las medidas se alejan mucho de sus ideales, dificultan el proceso dando paso al caos.

Es debido a este caos, que las instituciones políticas han establecido varias reglas que permitan un cambio del status quo menos tormentoso, pero al hacer esto, vuelven difícil cambiar las cosas, y ya que es tan difícil de cambiar algo establecido, nadie quiere cambiar nada por temor a estar peor de lo que ‘‘ya se esta’’.

En base a lo dicho previamente, podemos concluir que los políticos no tienen malas intenciones, o son estúpidos o irracionales, sino que son sólo hombres, utilitarios e impedidos por buscar el beneficio individual por sobre el colectivo, y es por esta misma razón, que estamos condenados a la mediocridad, estamos condenados a un status quo eterno.
http://www.bionero.org/especiales/opinion/entrevista-a-john-holloway-autor-de-crack-capitalism

Lejanía con los Partidos

octubre 27, 2010 Deja un comentario

Tal y como el texto lo menciona, los partidos políticos han claramente perdido credibilidad frente a la ciudadanía, tanto es así que ahora la gente solo vota porque esta obligada a hacerlo, no creen que su voto y su partido político vaya realmente a representarle y llevar sus problemas al espacio público.

Este fenómeno trae varias consecuencias pero particularmente dos: En primer lugar, la falta de nuevos votantes causa que quienes en efecto votan sean siempre los mismos, y estos, notan que ellos son quienes gobiernan el espacio público ya que son los que eligen, y por tanto demandan que los gobiernos que ellos han escogido con sus votos les favorezcan comparativamente sobre el resto, esto como se menciono en clase, es un grupo de interés, que contamina la democracia haciendo ver a unos más importantes que otros, lo que lleva finalmente a un proceso de dominación en el que los votantes y su abuso no tendrá limites, generando una tensión social en un sistema cuyo propósito era eliminarlas. Y el segundo problema, es más que nada un hecho histórico que ha podido observarse a través del tiempo, cuando un sistema pierde por completo su legitimidad, es destruido para buscar algo mejor. El ejemplo más claro es la monarquía, cuya principal defensa era que ellos habían sido escogidos por Dios y por tanto revelarse contra ellos era hacerlo contra un Dios que condenaría a los traidores al infierno, sin embargo, al pasar el tiempo y cambiar la razón del hombre (básicamente verse a él como al centro del mundo, junto con las ideologías de igualdad de la época) llevaron a que las monarquías fueran brutalmente destruidas (Francia) o cuando menos tuvieran que renunciar a todo su poder político (Inglaterra).

Tal vez el aspecto más importante para analizar es el porque ocurrió esto, el porque los partidos políticos ya no son creíbles.

En un comienzo, las democracias fueron vistas como la salvación a los espantosos sistemas que la humanidad había experimentado, (monarquías, tiranías, feudalismo etc.) Y la idea de que todos podían votar de igual forma, el que todos valieran lo mismo era una novedad histórica maravillosa, y era aquí donde la democracia y sus representantes obtenían la legitimidad. Esta provenía de la fuente de la legitimidad racional, dada la idea de igualdad y la institucionalidad que no ponía a la gente en contra de otra, si no que todos eran homogeneizados y evaluados en la misma forma, la de un voto.

Pero ahora, la gente nota que el gobierno que escogen no les representa ni es capaz de ayudarlos en los problemas que les interesan, siendo estos de un carácter mucho mayor (calentamiento global).

Mucha gente dice que este es solo una etapa, un período de apatía natural que en el futuro tenderá a normalizarse y que la democracia es el sistema último, es decir, el inmejorable y que ya ha sido establecido por el resto de la historia. Pero estas personas no tienen en cuenta que la historia humana nos ha enseñado que ningún sistema puede jamás considerarse a salvo y la apatía es el primer paso hacia la destrucción y la renovación, probablemente la gente que vivió durante la edad media consideró que ese sistema sería eterno, y tenían razón de suponerlo, ya que duró cinco veces más que el orden republicano actual y aún así fue destruido por la gente que perdió todo el respeto hacia él.

En resumen, este proceso de alejamiento de los partidos políticos será una catástrofe dentro de unos cuarenta años, porque la credibilidad de los partidos es de cero, y la única legitimidad que hoy por hoy hay disponible es la de tradición, en que la gente le da miedo salir de la comodidad de la rutina, pero como he dicho y la historia también, incluso eso llega a desaparecer.

http://www.oem.com.mx/laprensa/notas/n1518657.htm

http://construcciondeideas.bitacoras.com/archivos/2005/08/13/instituciones-modernas-y-crisis-de-legitimidad

La libertad no absoluta

septiembre 29, 2010 Deja un comentario

El problema planteado en el texto de Ralf Dahrendorf no es algo que se aplique solo en la actualidad y de hecho su base es muy antigua.
Es bien sabido por todos que en la antigüedad, la forma de hacer política o lo que se esperaba de la autoridad, era hacer actuar al hombre según la razón, que lo convirtiera en un hombre bueno, y ese bueno era objetivo por lo cual las discusiones eran innecesarias, o tal vez ni siquiera existían, ya que la autoridad obtenía su legitimidad de la racionalidad, toda la gente estaba de acuerdo con esto, suponían que la autoridad sabía mas que ellos, y que los ayudarían a llegar a la razón. Sin embargo, esto no duro para siempre y esta razón del hombre comenzó a ser cuestionada, esto proyectó la idea de que tal vez no había una verdad absoluta, es decir, que todo en el mundo era discutible y se aceptaba a quien argumentaba mejor, escuchando todas las opiniones lo que llevaba a el juego eterno de la discusión.

pero como todos saben, los humanos siempre han intentado usar las reglas para su propia conveniencia, y fue así como aparecieron ciertos personajes que se unieron al juego de las opiniones y la discusión, sin embargo su opinión era clara, ellos opinaban que tenían la razón, y como se menciono antes, se debían tomar en cuenta todos y cada uno de los pensamientos de los jugadores, pero esto acarreaba el problema de que el juego acababa, todo el sistema colapsaba ante estas situaciones.

En el mundo actual democrático enfrentamos un problema similar, ya que alguien, a través de las reglas de la democracia podría acabar con ella, y como ejemplo más cercano tenemos el ejemplo de un país Latino Americano, este país es Venezuela y su actual presidente Hugo Chávez. Esta persona fue elegida democráticamente, por medio del sistema electoral limpio y transparente, pero, una vez elegido, usó su enorme capital social acumulado para aumentar su poder, lo que llevó a que ahora el sea una especie de dictador o monarca en ese país.

Las dos visiones, del pasado y presente demuestran que es posible derrotar a la democracia en sus propias reglas, esto nos hace preguntarnos, ante la ausencia de un mejor sistema actual, como podemos proteger ala democracia de estos »oportunistas». Y ya que es probable derrotar al juego, lo único que queda por hacer es ponerles una barrera de entrada tanto a los jugadores como a los ganadores, y esto se logra a través de lo que en clases llamamos instituciones. Es necesario crear una institución tan poderosa que ni siquiera el presidente (o el nombre que le den al cargo de ganador de las elecciones) sea capaz de cambiarlo. Lo más parecido que conocemos actualmente es la constitución que tienen los países, la cual es muy difícil de cambiar, sin embargo es posible.

En la mayoría de los países democratizados, esta bien establecido que partidos políticos con ideas antidemocráticas no pueden inscribirse, es decir, la barrera de entrada al juego de las elecciones libres es bastante sólida, pero mientras quien este en el poder pueda cambiar estas reglas, nuestra democracia no estará a salvo.

Es por eso que debemos tener esta institución fuerte, bien definida en un comienzo y que sea inamovible en su escritura, que nos garantice la libertad, aunque no absoluta.

http://www.periodismodeverdad.com.ar/2010/08/30/la-izquierda-y-el-uso-de-la-democracia-para-destruir-la-democracia-por-agustin-laje-arrigoni/

La Necesidad del Estado

agosto 27, 2010 Deja un comentario

Este es un problema que ha golpeado a la humanidad desde hace mucho tiempo y no parece tener una respuesta adecuada, siempre hay tensión social. Cuando a la gente le preguntan que es lo que quiere, lo que suelen pedir es »justicia». Pero este es un concepto que depende de muchas cosas. El lugar de nacimiento, la crianza, la religión y demás. Al enfrentarnos a un problema tan serio como este, por lo general delegamos a un tercero, por lo general un estado, que toma las decisiones por nosotros. Todos aceptamos la autoridad y le obedecemos dado el poder de castigo que tiene sobre nosotros, consideramos »justo» lo que el estado determina porque nosotros los escogimos votando.

Hay mucha gente que niega esto, mencionando que el estado no es un monstruo como el que describe Hobbes, el estado esta formado por personas, personas que ah fin de cuentas también tienen conceptos distintos a los nuestros basados en sus historias personales. Pero no hay que subestimar la practicidad del estado, ya que este nos da las leyes, el cual es la herramienta más utilizada que hay para resolver tensión social, ya que impide términos como »injusto» o »malo», las leyes son y deben obedecerse.

A nadie le gustan las leyes, y francamente todos las evitaríamos si pudiéramos, pero el peligro de ser castigados nos lo impide, haciéndonos obedecer, estar de acuerdo con la ley y por tanto desvanecer la tensión social. 

A mucha gente que no sepa nada de política podría parecerle extraño que gente libre haga un acuerdo social el cual le da a un tercero (en la mayoría de los casos estado) el poder para castigarlo si no le obedece, es un concepto bien sabido por todos que el hombre busca la libertad por encima de todas las cosas, incluso la felicidad. Y lamentablemente para esa gente la respuesta es aun más confusa, porque renunciamos a una gran parte de nuestra libertad, pero solo de esta manera podemos ser realmente libres. Ya que, al menos en este siglo, todos los hombres o humanos somos iguales, y como se dijo antes siempre hay tensión social en la comunidad, pero si es tal el caso de la igualdad, entonces ¿cómo podría alguien resolver una disputa?, hacerlo como se hacía en la prehistoria (a golpes), no nos parece muy sensato y en el mundo de hoy confiar en la buena voluntad de alguien es como dicen »pecar de inocente».

De este problema sin solución nace un estado, el cual promete resolver todas las disputas, pero no lo hace sin un costo, si la comunidad quiere contar con sus servicios de justicia y de legislación, debe volver al estado poderoso para que este sea capaz de aplicar la ley, y el estado, irremediablemente obtiene su poder a costa de los ciudadanos, lo hace de múltiples formas, ya sea con el cobro de impuestos o encerrando a quienes no cumplen con lo que el mismo estado pedía. 

Esa es la respuesta a porque delegamos, para resumir drásticamente la idea, delegamos porque es la mejor opción.

http://www.webdianoia.com/moderna/hobbes/hobbes_fil.htm

La Necesidad del Estado

agosto 27, 2010 Deja un comentario

El problema descrito ha golpeado a la humanidad desde hace mucho tiempo y no parece tener una respuesta adecuada, siempre hay tensión social. Cuando a la gente le preguntan que es lo que quiere, lo que suelen pedir es »justicia». Pero este es un concepto que depende de muchas cosas. El lugar de nacimiento, la crianza, la religión y demás. Al enfrentarnos a un problema tan serio como este, por lo general delegamos a un tercero, por lo general un estado, que toma las decisiones por nosotros. Todos aceptamos la autoridad y le obedecemos dado el poder de castigo que tiene sobre nosotros, consideramos »justo» lo que el estado determina porque nosotros los escogimos votando.

Hay mucha gente que niega esto, mencionando que el estado no es un monstruo como el que describe Hobbes, el estado esta formado por personas, personas que ah fin de cuentas también tienen conceptos distintos a los nuestros basados en sus historias personales. Pero no hay que subestimar la practicidad del estado, ya que este nos da las leyes, el cual es la herramienta más utilizada que hay para resolver tensión social, ya que impide términos como »injusto» o »malo», las leyes son y deben obedecerse.

A nadie le gustan las leyes, y francamente todos las evitaríamos si pudiéramos, pero el peligro de ser castigados nos lo impide, haciéndonos obedecer, estar de acuerdo con la ley y por tanto desvanecer la tensión social. 

A mucha gente que no sepa nada de política podría parecerle extraño que gente libre haga un acuerdo social el cual le da a un tercero (en la mayoría de los casos estado) el poder para castigarlo si no le obedece, es un concepto bien sabido por todos que el hombre busca la libertad por encima de todas las cosas, incluso la felicidad. Y lamentablemente para esa gente la respuesta es aun más confusa, porque renunciamos a una gran parte de nuestra libertad, pero solo de esta manera podemos ser realmente libres. Ya que, al menos en este siglo, todos los hombres o humanos somos iguales, y como se dijo antes siempre hay tensión social en la comunidad, pero si es tal el caso de la igualdad, entonces ¿cómo podría alguien resolver una disputa?, hacerlo como se hacía en la prehistoria (a golpes), no nos parece muy sensato y en el mundo de hoy confiar en la buena voluntad de alguien es como dicen »pecar de inocente».

De este problema sin solución nace un estado, el cual promete resolver todas las disputas, pero no lo hace sin un costo, si la comunidad quiere contar con sus servicios de justicia y de legislación, debe volver al estado poderoso para que este sea capaz de aplicar la ley, y el estado, irremediablemente obtiene su poder a costa de los ciudadanos, lo hace de múltiples formas, ya sea con el cobro de impuestos o encerrando a quienes no cumplen con lo que el mismo estado pedía. 

Esa es la respuesta a porque delegamos, para resumir drásticamente la idea, delegamos porque es la mejor opción.

http://www.webdianoia.com/moderna/hobbes/hobbes_fil.htm